Gracias
por habernos regalado 12 años de tu sacerdocio; 12 años llenos de ilusión, de
sueños, de dinamismo, de esperanza… Gracias por habernos ayudado en nuestra labor
pastoral, por habernos animado y alentado cuando nos veníamos abajo… por
acompañar a los diferentes grupos, y hacerte niño para los niños. Por habernos
hecho reir, pero también por habernos
acompañado y ayudado en la Eucaristía,
en celebraciones... Por haber hecho posible que el tiempo libre de los
niños y jóvenes fuese una oportunidad más para
acercarse a Dios.
En
definitiva todos y cada uno de nosotros que hemos compartido esos 12 años
tenemos un motivo especial para darte las gracias Mario. No nos cabe duda que
como “ La San Miguel”, donde vayas
triunfarás.
Esto
no es un adiós, es una “hasta siempre” porque en nuestros corazones hay un
rinconcito para ti.
Un
GRACIAS con mayúsculas desde el corazón de cada uno de nosotros.
Nieves
Uff…
Gracias por muchas cosas. Por tu acogida, por tu cariño, por estar atento, por tu
disposición a ayudar, por tu humildad, por tu humor y por tu alegría, por hacer
de cada eucaristía que he diaconado junto a ti un placer, por ser un maestro…
tendría que darte las gracias por tantas cosas que lo resumiría en: gracias por
ser Mario y porque Dios te hizo cruzarte en mi vida.
Enrique
…
por tu dedicación con entusiasmo y por encima de tu cansancio, a la labor
parroquial. Te agradezco especialmente el reconocimiento y agradecimiento que
siempre has manifestado por la labor voluntaria de aquellos que colaboramos o participamos
( catequistas…) adaptándote a nuestras circunstancias personales por encima de
la tuyas.
Nuncy
Gracias por la
dedicación a mis hijos tanto dentro como fuera de la parroquia.
Felipe.
Gracias porque en una
ocasión, en los campamentos te pregunté. ¿Qué tal mi hijo?. ¿ Se ha portado
bien? Y me dijiste: Tu hijo es muy especial, tiene un corazón enorme y es muy,
muy, muy querido tanto por sus compañeros como por los
monitores. Me llenó de orgullo y jamás
olvidaré esas palabras.
Vero
Gracias
por tu forma de comunicar el Evangelio, fresca, amena, fácil, alegre…
Pedro
Gracias
por lo bien que tratas a los niños y el cariño que les has dado.
Ricardo
Gracias
por tu cercanía y tu capacidad de escucha. Siempre con una respuesta serena y
alentadora.
Gracias
por tu alegría y por saberla contagiar al que está a tu lado.
Gracias
por tener siempre buena cara a pesar del cansancio.
Gracias
por ser tan ameno. A tu lado se trabaja con más ganas.
Gracias
por tu infinita dedicación a niños y jóvenes. Te les sabes ganar.
Inés
Gracias por
transmitir el mensaje de Jesús, especialmente a niños y jóvenes, la semilla del
mañana .Que ese don que Dios te ha dado te acompañe siempre.
Mª
Angeles
Gracias por tu
dedicación, por tu manera de enseñar y hacer llegar a los jóvenes a través de
la religión los valores que se están perdiendo en nuestra sociedad.
Gracias por tus
buenas labores, empeño y entrega a los niños y a las gentes de la parroquia.
Nunca había un no hacia nosotros cuando te necesitamos. Gracias porque buscas
soluciones a todo. Tu bondad y tu entrega te hace ser como eres, un buen hombre
de Dios.
Mali
Gracias
Por los 12 años de tu vida que nos has regalado a la parroquia.
Por
el intenso trabajo realizado en las catequesis, convivencias, campamentos,
grupos de formación…
Por
haber sabido transmitir la experiencia de Dios a través de juegos, canciones…
Por
la alegría que nos has transmitido en las celebraciones, convivencias,
campamentos…
Por
la huella que has dejado en nosotros con tu amistad y a través de tantas
experiencias que hemos compartido.
Paco
Gracias
por tu cercanía, por ser como eres y por los ratos de camino juntos de estos años.
Gracias por ser
catequista y porque dejas “mucho terreno sembrado” .
Gracias
por compartir a tu Dios papá y a tu
Jesús hermano y amigo conmigo… Gracias por tu alegría…
Gracias
por tu esfuerzo en convertir las Eucaristías en “misas de niños”, divertidas,
bailonas, sorpresivas, participativas, agradecidas y fraternas. Gracias por tus
“sermones” cortos pero cargados de
imágenes de las que alimentan el alma y te las llevas a casa.
Gracias
por llamar a mis hijos por su nombre desde bien pequeños… por las horas que has
metido con ellos y el cable que nos has echado
en su educación.
Gracias
por recordarme que hay cosas que sólo son posibles si puedes soñarlas y
desearlas de corazón.
Gracias
por “SER de campamentos”
Gracias
por ser profesor de religión de mis hijos: “He estado muy contento con tu rendimiento y trabajo”.
Juanma